miércoles, 2 de septiembre de 2009

TEATRO FILOSÓFICO.


EL ENCUENTRODE DESCARTES CON PASCAL JOVEN.

SINOPSIS:Solo una vez se encontraron Descartes y Pascal,
los dos filósofos más importantes de su siglo: fue el
24 de septiembre de 1647, en el convento parisino
de los Mínimos, y su entrevista duró varias horas.
Ninguno de los dos escribió sobre lo que hablaron,
y eso permite al dramaturgo Jean-Claude Brisville
imaginar el encuentro de dos experiencias vitales y
de dos pensamiento filosóficos: Descartes, con 51
años, ha aceptado la oferta de mecenazgo que la
reina Cristina de Suecia le ha hecho y se prepara
para ese viaje, el último de una vida ajetreada; Pascal
es un joven de 24 que, a esa temprana edad, ya
está considerado un genio por varios inventos
científicos que ha ideado, entre ellos una máquina
aritmética antecedente de los ordenadores actuales;
mientras Pascal, con la fe del converso, se preocupa
más de reformar a los demás que de reformarse,
Descartes mira, desde la altura de su edad, y con
cierto distanciamiento, los temas que afectan directamente
al ser humano. La admiración que ambos
sienten el uno por el otro no oculta su radical
oposición de ideas y de formas de vivir. Descartes,
heredero de la sabiduría del humanismo, es un personaje
racionalista que ama la vida en sus menores
detalles y aprovecha todas las oportunidades que
ofrece: desde la comida al sexo; Pascal, en cambio,
encarna la figura del joven atormentado que sólo
vive por y para sus ideas.
El encuentro escenifica ese enfrentamiento de
dos personalidades y de dos vidas fascinantes que,
por distintos motivos, siguen perteneciendo a
nuestro tiempo: Descartes, el impulsor de la razón
como norma de vida, no es el intelectual seco pintado
por la tradición, sino un delicado pensador
que se adentra por todas las vías –hasta las callejas
más tenebrosas– por las que caminaba Europa en
ese momento: las mujeres, la guerra, los duelos, las
ciencias ocultas; en resumen, un personaje vivo, de
este mundo, cuya llegada a París, con 17 años, Jean-
Claude Brisville ha comparado con la del
D’Artagnan de Los tres mosqueteros. Pascal, en
cambio, aspira al oro mundo: se mortifica la carne,
se retuerce y atormenta para alcanzar lo absoluto,
un misticismo religioso que le impide participar de
la vida.
Cuando se produce ese encuentro de las dos mayores
figuras del pensamiento del siglo XVII, Descartes
ya ha escrito su obra maestra, El discurso del
método, texto revolucionario en la filosofía occidental
que unía moral y lógica; ahora tiene en gestación
en su mente el Tratado de las pasiones del alma,
concluido en 1649, pocos meses antes de su muerte,
en el que une moral y psicología. Hombre de
ciencia, Descartes analizó a lo largo de su carrera
de filósofo problemas físicos, matemáticos, geométricos,
la luz, el cuerpo humano…, todo lo que estaba
científicamente a su alcance, para buscar un
camino hacia la verdad, una verdad que se pudiera
palpar con la mano; y con su forma de pensar elimina
del panorama filosófico el escolasticismo
eclesiástico que había regido la vida de la Edad
Media, todas aquellas montañas de palabras y más
palabras que oscurecían y confundían la posibilidad
de pensar libremente.
Pascal, en cambio, ya está quemándose en la llama
que le llevará a publicar sin nombre de autor las
Cartas Provinciales, cartas de denuncia contra las
complejidades de la teología y contra la conducta
«amable y acomodaticia» de quienes, jugando con
el laxismo, se adentraban y ocupaban los centros
del poder terrenal; el rigor de su pensamiento, lleno
de ironía y humor, hará decir a Voltaire que la sal
de estas cartas «supera la de las mejores comedias
de Molière». Por supuesto, dada la época, esas Provinciales
fueron condenadas a ser quemadas por
mano del verdugo.
Ya entonces escribía en trocitos de papel la que
sería su obra maestra, los Pensamientos. El paso que
Pascal daba con ellos era tan radical, aunque en
otro plano, como el que había dado Descartes; el
pensamiento pascaliano, nada ortodoxo, es actual
en el siglo XX y en el XXI por su impulso, por una
fogosidad que salva al hombre del abismo que Pascal
tanto temía; y porque, en su búsqueda de la verdad,
deja a un lado las razones del intelecto que
buscaba Descartes para celebrar las «razones del
corazón»; y esas razones del corazón solo le permiten
alcanzar una verdad: el enigma que es cada ser
humano, cada persona.
Josep Maria Flotats

6 comentarios:

Filocarmen dijo...

DOS PERSONAJES HUMANOS QUE HABLAN SOBRE LO DIVINO Y LO HUMANO, LA SALUD Y LA ENFERMEDAD, LA RAZÓN Y LA FE, LOS LÍMITES DE LA CIENCIA Y DE LA RAZÓN, LA RAZÓN QUE EXIME DE LLEVAR RAZÓN... TAN ACTUAL, TAN HUMANA,DOS PERSONAJES QUE LLORAN SOBRE EL ESCENARIO..EN DEFINITIVAS CUENTAS UNA OBRA DIGNA DE SER VISTA CON UN PEDAZO DE SER HUMANO:PALOMA, CON QUIÉN ME ENCUENTRO POCO PERO TAN INTESAMENTE COMO LA OBRA QUE COMPARTIMOS JUNTAS. GRACIAS A PALOMA Y A FLOTATS.

Odín dijo...

Hola Carmen, perdón por las horas pero ya recordarás que por aquí estamos en fiestas jeje, esta semana ya empiezo esta nueva aventura y la verdad con muchas ganas, espero que estés agusto en este nuevo centro y que te vaya muy bien que te lo mereces.Parece que fue ayer cuando nos peleábamos con platón y ese molde que rogabas que no pusiéramos en el exámen ¿no crees? Se que va a estar dificil con hijos y todo, pero si quieres pasarte este fin de semana, serás bien recibida e invitada a algo claro jeje si no, ya quedaremos a tomar un café o algo que mire todavía me guarda rencor por no despertarla para ir a verte y te manda recuerdos jeje
Bueno Carmen intentaré hacerme con estos libros que la verdad la biblioteca de mi pueblo deja bastante que desear...
un saludo, cuidate y nos vemos!!

Filocarmen dijo...

Gracias. Acabo de leer tus palabras, justo al colgarte. Es verdad que todo pasa volando. Ya tengo nuevas caras ante mí,pero no dejo de veros reflejados en ellas para poderlos comprender. Enhorabuena a los que aprobaron la PAU, mis mejores deseos para todos.
Te perdono lo de las mayúsculas por las horas, pero ya eres un universitario....

Cristina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cristina dijo...

Hola Carmen!!, que tal te va en Alcalá?,espero que todo bien ;).Por cierto me dijo creo que fue Karina que te operaron de una hernia discal (bueno no sé si es con "h" o no, jeje), asique si es asi espero que te hayas o que te estes recuperando!.
Bueno carmen te escribo para que sepas que se te hecha de menos en el instituto, sobre todo en filosofiaaa!,asique haber si me puedes mandar tu correo, porque te tengo que contar muuuchas cosas!;)
Espero tu respuesta :)
Un beso muy grande!

Filocarmen dijo...

Hola, Cristina. Hernia se escribe con h, pero no me han operado,de momento y vivo con ella muy dolorida...ya veremos el fin.De todos modos eres un poco desastre con la ortografía, revísala.
No había visto tu comentario hasta hoy. Yo también eché en falta el centro, aunque no al completo, claro.De todos modos me consta que la profe de filo es maja.
Como a mí también me encantaría escribirme contigo y otr@s más en la intimidad y dejar el blog para otros temas, y no quiero publicar mi correo en él,voy a enviárselo a Mireia, de la que tengo el correo OK?.Estudia mucho y aprueba todo en su momento...Besos.Prometo un encuentro cuando me recupere.